Hola Helen!
Llevo un cabreo bestial. Con lo bien que me lo estoy pasando y con la de planes que había hecho para estos días, hoy me han dado la peor noticia que podía imaginar.
Tus primitos han puesto un árbol con bolas, cuatro detallitos de un tío barbudo y gordo vestido de rojo por la casa y de pronto se han sentido llenos de algo que llaman Espíritu de la Navidad. Yo pensaba que sería un postre de esos cojonudos que hace tu prima y por lo visto, no. Es algo que enternece a las persona y joroba a los pobres perfumes, es decir a mi misma.
¿Qué por qué digo esto? Porque en un momento, de pronto, tu prima ha decidido que ya has esperado bastante para probarme y que debo viajar con su madre el próximo sábado para caer en tus garras. El tronco ese que han puesto bajo el árbol al que llaman Tió no sé si cagará regalos pero a mi me han entrado unas cagarrinas...
Y claro, deduzco que el grajo debe volar bajo, porque encima me han envuelto en un papel navideño. Dicen que es para que a ti te haga más ilusión. Yo creo que es por el frío o para que no sepa por donde me lleva el autocar y no pueda volver a mi querida Barcelona. Y es que Helen... yo ya soy una catalana más.
Con un gran disgusto, me despido hasta el sábado.
Adiós.
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